“El ignorante afirma, el docto duda y el sabio reflexiona”. (Sócrates).
Nunca como en estas elecciones se ha hecho tan necesaria la reflexión. Existe hoy una mayor ilusión ciudadana por la política, a diferencia de las legislaturas anteriores y ese, a mi juicio, es el mejor efecto social de la campaña electoral que comenzó, de verdad, hace mucho tiempo. Y, a pesar de ese sentimiento colectivo de interés por la política y los políticos, bueno para la democracia, la campaña electoral de los partidos, en la que se han gastado millones de euros, no ha servido para dar a conocer con exactitud las propuestas y reformas que los partidos concurrentes a los comicios pretenden llevar adelante en la próxima legislatura. Más bien, sus dirigentes se han centrado en atacar a los contrarios y a pasearse por las televisiones para demostrar su perfil más humano.
Desdichadamente, los ciudadanos, llegada la jornada de reflexión, ni siquiera sabemos el uso que darán los partidos a nuestro voto, las intenciones de posibles pactos de gobierno tras las elecciones, o si, al final, gobernará la lista más votada.
No conocemos con claridad las intenciones de los distintos partidos respecto a la necesaria despolitización de la justicia, a la urgente reforma de la educación, a la viabilidad de nuestro sistema de pensiones, en un momento de envejecimiento alarmante de la población; a la reordenación territorial del Estado o a los mecanismos para reducir la deuda importante y equivalente al cien por cien del PIB. Sencillamente, los partidos o no lo saben, o nos lo han ocultado.
En cambio, nos ha quedado claro el odio profundo del nuevo PSOE de Pedro Sánchez al PP, con quien jamás gobernaría, la voluntad de cambio de Ciudadanos y, más radical y populista, de Podemos; el probable fin de un bipartidismo, que ha generado durante años graves problemas institucionales. También nos ha quedado claro cómo toca la guitarra Pablo Iglesias, el “buenismo” del Presidente Rajoy, entrevistado por Bertín Osborne en su casa, lo bien que baila Soraya en un plató de televisión o cómo se comporta en un globo aerostático y las capacidades aventureras de Pedro Sánchez y Albert Rivera en los programas de televisión de Calleja.
Me da la impresión de que muy pocos ciudadanos han leído con detenimiento los programas electorales y de que los candidatos no se han esforzado precisamente en explicarlos. Y, así, los debates han decepcionado, porque los líderes se han preocupado más en criticar y, en alguna ocasión, descalificar o insultar a sus adversarios, que en detallar y debatir a fondo sus propuestas electorales.
Otros hechos más prosaicos y extemporáneos, han quedado muy claros en las retinas de los electores: en el debate presidencial, la coz irrespetuosa de Sanchez a Rajoy, llamándole “indecente”, el aguijón del Presidente del Gobierno replicándole su actitud insultante como “ruin, mezquina y miserable” y el vergonzoso y execrable puñetazo en la cara que a Rajoy le propinó un joven descerebrado de la ultraizquierda demencial.
Y, así las cosas, nos invitan a reflexionar en la jornada previa a la gran cita electoral. España se juega mucho internamente y también desde el punto de vista del crédito internacional, en un momento muy delicado de incipiente recuperación económica y de crisis institucional.
Si dividiéramos al conjunto de los electores entre jóvenes y mayores y redujéramos la discusión a los problemas que más les afectan -el desempleo y las pensiones- tendríamos que analizar con detalle lo que proponen los partidos, con mayores posibilidades de resultar elegidos, sobre esas cuestiones, si bien es cierto, que el resto de los partidos también cuentan con propuestas, en algunos casos, más interesantes o atractivas, que las de los cuatro en liza, según los sondeos.
JOVENES Y DESEMPLEO
Sobre los jóvenes y el desempleo, la propuesta de “renta mínima” es la estrella de los programas.
PARTIDO POPULAR. Objetivo: crear 500.000 puestos de trabajo al año durante la legislatura, lo que supone dos millones de nuevos empleos. Mejorará el Plan Prepara y de Activación para el Empleo que estipula ayudas de entre 426 y 450 euros al mes para parados de larga duración sin recursos. Además, exonerará totalmente de cotización a la Seguridad Social, en los primeros 500 euros de sueldo, a los empresarios y a los trabajadores de primer empleo durante cuatro años. La medida la extenderá a los trabajadores contratados temporalmente que pasen a fijos. Compromiso también de aumentar el empleo público y mejorar el existente. Exenciones e incentivos a empresas que contraten mujeres que vuelven a trabajar tras la maternidad.
PSOE. Plantea la introducción de un ingreso mínimo vital, en forma de prestación no contributiva, para hogares sin ingresos. No detalla cuantía. Subida del salario mínimo interprofesional hasta el 60 por ciento del salario medio neto, que se sitúa en la actualidad en 2.115 euros. Derogación de la reforma laboral e instauración de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Implantación de sólo tres tipos de contrato: indefinido, temporal y para la formación.
CIUDADANOS. Establecimiento de un contrato único. Propone un complemento salarial garantizado al finalizar el año fiscal, del que se beneficiarán los trabajadores con sueldos ínfimos o los empleos más precarios. Se trataría de un crédito fiscal positivo a percibir en efectivo. Por ejemplo, una renta familiar inferior a 10.000 euros anuales, recibiría, de una sola vez, en el año, una cantidad de 4.350 euros de ese crédito fiscal. Creación de la Agencia Independiente de Políticas de Empleo.
PODEMOS. Ha propuesto recientemente una renta garantizada para los más desfavorecidos en función del número de miembros en el hogar: Desde 600 euros mensuales para la primera persona, 810 cuando sean dos, y sucesivos incrementos de 120 euros para cada familiar a cargo hasta un máximo de 1.290 euros. Además propone un complemento salarial para hogares con empleo, pero con ingresos entre 250 euros mensuales y el salario mínimo, de forma que la prestación se reduciría de forma gradual. Derogación de la Reforma Laboral actual.
MAYORES Y PENSIONES.
Ningún partido, de los cuatro con mayores posibilidades, propone subir las pensiones contributivas actuales a excepción de podemos que manifiesta “la necesaria” elevación de las no contributivas.
PARTIDO POPULAR. Propone políticas, que no especifica, de “fortalecimiento y sostenibilidad” del sistema actual. Señala, asimismo, la prolongación voluntaria de la vida laboral, en cuyo caso, exoneraría totalmente del pago del IRPF al trabajador que prolongue su vida laboral después de los 65 años de edad.
PSOE. Propone recuperar los Pactos de Toledo para garantizar el sistema y su sostenibilidad. También, la creación de un nuevo impuesto finalista para financiar las pensiones, no solo desde la SS, sino también desde el Estado.
CIUDADANOS. Se muestra partidario de recuperar los Pactos de Toledo para garantizar y mejorar el sistema de pensiones. Propone fijar la cantidad de pensión a recibir en función de toda la vida laboral y que cada trabajador elija libremente la edad en la que quiere jubilarse después de los 65.
PODEMOS. Especifica en su programa la necesidad de aumentar el importe de las pensiones no contributivas, la jubilación obligatoria a los 65 años y establecer -igual que el PSOE- un impuesto estatal para mantener el sistema.
Hasta aquí, las propuestas de los cuatro partidos mayoritarios resumidas, sobre empleo y pensiones para jóvenes y mayores. No obstante, es necesario conocer las del resto de los partidos, muy interesantes algunas, con quienes los ciudadanos se identifican y a quienes, en coherencia y buena ley, otorgarán también su voto.
TIC, TAC, TIC, TAC
En la jornada de reflexión, en la que el reloj se eterniza con su inquietante tic, tac preelectoral, es necesario analizar con detalle estas propuestas de los partidos, aquí resumidas, porque suponen la esencia de las cuestiones de mayor interés para jóvenes y mayores.
Yo espero que, tras estos comicios tan importantes, sobre los que no me aventuro a pronosticar resultados, las aguas de la democracia se serenen y olvidemos todos los ataques, las descalificaciones injustas, los insultos, la inquina emocional de unos líderes de los partidos contra otros y el odio que ello haya podido suscitar entre algunos ciudadanos, especialmente, el de algún descerebrado inútil que golpeó de forma vergonzosa, cobarde y repugnante al Presidente del Gobierno durante un acto electoral en Pontevedra.
El mundo entero nos observa con atención e interés. Los retos a los que se enfrenta hoy nuestro país, son formidables: recuperación económica y del empleo, eliminación de la pobreza, secesionismo territorial, reforma de la justicia, de la educación, de la Ley Electoral, de las instituciones, lucha contra la corrupción…
En tales circunstancias, mi mejor opción sería la del modelo alemán, un gobierno PP-PSOE; un gobierno de expertos capaces de consensuar con los de la oposición medidas negociadas para sacar al país adelante. Eso sería lo que con mejores ojos vería Europa, el mundo desarrollado y el de los inversores, porque ello dotaría de una estabilidad de gobierno, absolutamente necesaria, para continuar creciendo y resolver, de forma eficaz y pactada con todos, los grandes retos a los que nos enfrentamos.
Tal opción parece imposible para Pedro Sánchez (PSOE) y muchos de sus militantes –especialmente, los más jóvenes-, incapaces de anteponer una visión de Estado y el interés general de los ciudadanos, al rechazo visceral que sienten por el Partido Popular.
Desde cualquier otra opción, salvo la de un posible y también deseable, pacto PP-Ciudadanos, –en función de los resultados-, sería extraordinariamente difícil, por no decir imposible, lograr los objetivos expuestos en una sola legislatura.
En mi opinión, la inquina de muchos militantes de la izquierda y de Pedro Sánchez hacia Rajoy y al PP, es más emocional o visceral que racional. Objetivamente, el PP es un partido conservador, homologable a los que gobiernan y son respetados en los demás países de la UE. Y esa inquina, que supone rechazo y descalificación frontal a todo lo que es y representa el PP, suele derivar inopinadamente en odio en los sectores más viscerales de la izquierda.
En las horas que marca este reloj de reflexiones en las que me encuentro sumido, me surge un deseo: ojalá que después de esta campaña electoral, decepcionante para muchos, los partidos políticos, a quienes confiamos nuestro voto, den muestras claras de honradez, rigor y responsabilidad, anteponiendo el interés general de los ciudadanos, al interés corporativo propio, a la hora de formar alianzas y gobierno.
En los días, posteriores a la celebración de tan importantes elecciones, podremos comprobar, una vez más, la grandeza o la mediocridad –yo espero y deseo grandeza- de unos y otros a la hora de conformar un gobierno estable, responsable, eficaz y reformista, que es lo que necesita hoy el país en su conjunto.
Más de 36 millones de ciudadanos, en sólo unas horas, decidirán el futuro de España. Hoy a las a las doce de la noche mi reloj de las reflexiones se para. Sólo quedan unas horas. Mañana, todos a votar, que es lo más relevante en democracia.