En este 8-M yo felicito a todas las mujeres que no se parecen en nada a Irene Montero, que, aunque aún resulte increíble, ha llegado -sin merecerlo- a Ministra gracias a su marido. Eso es machismo, justo lo contrario del feminismo.
Felicito a todas las mujeres que han llegado a sus ocupaciones y puestos por su propia valía, por sus propios esfuerzos, medios y méritos y no por ser mujer de… Felicito a las mujeres, feministas de verdad que lo demuestran con su actitud y quehacer en el día a día.
Aprovecho esta efeméride para recordar a las miles de mujeres que han fallecido a causa del coronavirus y también a las fallecidas a causa de la violencia machista.
Felicito a las mujeres que luchan en casa, en el trabajo y en ambos lugares a la vez, a las mujeres fuertes, valientes, grandes en toda su inteligencia, fortaleza y hermosura. Felicito a las mujeres que se manifiestan y luchan por la necesaria y justa igualdad de oportunidades y derechos y por la no discriminación. A las que no toleran de ninguna manera el machismo anacrónico y alienante. Felicito a las mujeres anónimas que no reciben el respeto, la consideración y el aprecio que merecen en los hogares, en el trabajo, en su vida.
Felicito a todas las mujeres con la única excepción de las que actúan en la vida igual que Irene Montero, la Ministra que lo es por mor y gracia de su marido, Pablo Iglesias, el macho alfa a quien debe el puesto. Un puesto y un sueldo de por vida ganado por ser «esposa de» y que no merece a la vista además del enorme vacío y fracaso de su ineficaz y prescindible gestión.
Felicidades, mujeres, en vuestro día y en todos los días.