A mi me parece mal, inmoral o muy escasamente ético, que personas que han sido Ministros monten a su salida del cargo empresas para influir en los Gobiernos del mismo color político en los que han permanecido y se enriquezcan con ello.
Es el caso del Ex-Ministro, José Blanco, imputado en su día por corrupción, que, desde su pequeña empresa, «Acento Pubblic Affairs», ha disparado su influencia en el Gobierno de Pedro Sánchez y la vende cara, a través de su pyme, a empresarios e incautos que se fían de él.
Así, vuelven a Moncloa «los chicos» de José Blanco. Tras la incorporación de Óscar López como Jefe de Gabinerte en La Moncloa, el Presidente, Pedro Sánchez, recupera ahora a Antonio Hernando para que haga tándem con López, ambos, ligados a José Blanco y a su empresa de lobby.
Hernando es un caso de triple puerta giratoria: pasó de comunicación a la política; de la política en Moncloa, a la empresa, «Acento», que montó con José Blanco y de aquí, de nuevo ahora, a La Moncloa.
La empresa de José Blanco, montada sobre la base de sus relaciones personales con el PSOE y con el Gobierno, es un lobby que ha obtenido formidables ganancias durante la pandemia, ofreciéndose al Ibex y a otras empresas para asesorar de forma opaca -y garantizando relaciones de poder con el Gobierno-, sobre cómo acceder a los fondos europeos que gestionará el Ejecutivo.
Este pájaro, de José Blanco, el de las turbias negociaciones en las gasolineras cuando era Ministro, ¿recuerdan?, carece de ética, favorece las puertas giratorias y su primordial objetivo es el de hacer negocio y sacar partido dinerario a sus relaciones políticas con el PSOE y el Gobierno.
Un conseguidor más, vaya, pero influyente en el Gobierno a través de sus relaciones personales de ex-ministro y de los hombres que allí va situando.
Blanco, muy probablemente, acabará prometiendo lograr para algún empresario algo importante del Gobierno sin conseguirlo finalmente, aunque haya cobrado por sus gestiones… Ese será su fin. Ese y que el Gobierno, consciente de lo que hace su empresa, comience a no hacerle a él ni puto caso.
En mi opinión, personaje oscuro donde los haya, en mi opinión, resulta un peligro público y el refuerzo de las vergonzosas operaciones de fontanería política con el siempre y exclusivo fin del lucro personal. Va de intermediario «conseguidor» con el Gobierno -gracias a su experiencia política- y eso es lo que vende a empresarios e incautos que se fían. Eso también es corrupción. Analícese con detalle su patrimonio y la forma en que lo ha obtenido. Sé bien de lo que hablo, porque conozco al personaje.

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