El Rey Emérito, Don Juan Carlos, quiere volver a España. No está encausado en ningún proceso judicial. Su vida privada licenciosa, caracterizada por sus aventuras con distintas mujeres y su afición por el dinero, cuestiones nada ejemplares en un Rey, se contraponen a los enormes beneficios que reportó a España durante la transición democrática. Y, en mi opinión, esto último es lo de verdad más relevante. Que se callen la boca quienes le han acusado de los peores y más sangrantes delitos y se la envainen tras el archivo de la causa suiza.
Creo que Don juan Carlos merece regresar a España, pedir disculpas por el daño que haya podido causar a la actual monarquía y a su imagen y vivir prudentemente su vejez en el país al que tanto ha beneficiado.