El ultraderechista, Viktor Orban, nuevo Presidente de Hungría, es amigo de los líderes de VOX y de Putin. Putin ha saludado muy entusiasmado la victoria electoral de Orban. Tambien lo ha hecho el Presidente de VOX, Abascal. Todos muy amigos entre ellos, lo que explica el silencio de VOX ante las atrocidades asesinas de Putin en Ucrania.
La Hungría del populista, Orban, es el único país de Europa que se ha negado a proporcionar armas a Ucrania para defenderse del ataque de Putin y tambien se ha negado a permitir que las armas de la UE para Ucrania pasen por ese país.
Orban ha desarrollado una relación muy amistosa y plagada de intereses con Putin y con todos los partidos populistas de extrema derecha europea con los que comparte su visión decadente de las instituciones de la UE.
En Hungría se persigue a los miembros del colectivo LGTBI, con especial saña a los homosexuales, se impide la inmigración y se restringe la libertad de expresión, todo ello con el aplauso de Rusia y de China.
Los ultraderechistas de VOX en España están encantados con la victoria de Orban en Hungría y también con sus políticas homófobas, antifeministas y contrarias a la inmigración, motivo por el cual la UE estudia su expulsión. La política de Orban supone un atentado contra los principios liberales y democráticos de la Unión Europea y tambien contra los derechos humanos. De momento, la Comisión Europea planea la activación del mecanismo de condicionalidad que le permite congelar a Hungría los fondos europeos.
En este campo de las amistades peligrosas, recuérdese que VOX es el único partido político en España que se ha negado a retirar la medalla al mérito que el Ayuntamiento de Madrid concedió en su día al repugnante genocida, Putin. El único partido político en España que admira al populista y despreciable, Donald Trump.
Resulta muy incongruente que mientras VOX se queja de que le tilden de ultraderechista, sus mejores relaciones y amistades internacionales se desarrollen precisamente con toda la ultraderecha populista europea que siempre ha admirado a Putin y cuyo ejemplo paradigmático es el partido de Orban en Hungría, recientemente ganador de unas elecciones que se han celebrado con manifiestas irregularidades antidemocráticas. El populismo de izquierdas es tan malo y perjudicial como el de derechas. Los extremos se tocan…