Votar por el cambio no significa sólo cambiar un gobierno por otro. En esta ocasión, votar por el cambio supone sustituir una política sanchista detestable por otra decente. Una baja política sin prejuicios por otra de principios y valores. Supone desterrar definitivamente el sanchismo con sus mentiras, intereses, incoherencias y faltas de respeto al Estado de derecho, a los ciudadanos -¿que guarrería es eso de convocar en un 23 de julio?-, a la democracia y a sus instituciones.
Votar por el cambio supone además acabar de una vez con las chapuzas legislativas del Gobierno de Sánchez como la que ha ocasionado que más de 1.100 violadores hayan visto disminuidas sus penas penitenciarias, por no citar otras chapuzas legislativas o vía decreto igualmente lamentables y aborrecibles. Votar por el cambio significa volver a traer al Código Penal los delitos de sedición y malversación.
Votar por el cambio supone, sobre todo, confirmar la esperanza de justicia social, de convivencia mediante el diálogo en libertar, paz y armonía, de que las cosas se pueden hacer bien o muy bien, de que alguien honrado, sincero, riguroso y responsable, como Alberto Núñez Feijoo (PP), guíe desde un eficaz Gobierno los nuevos destinos de España. Él no antepondrá nunca sus intereses personales por encima de los de los ciudadanos como ha venido haciendo Sánchez. Y él gobernará para todos, no sólo para los suyos y mucho menos para extraños socios populistas y separatistas -anticonstitucionalistas todos- como ha venido haciendo Pedro Sánchez.
Votar por el cambio supone abrir la posibilidad real de que en España se implante de verdad la igualdad de oportunidades para todos y los más altos horizontes de justicia, libertad y convivencia entre los ciudadanos y sus regiones. Supone derogar las más nefastas e injustas decisiones y leyes del sanchismo. Supone alejarse de frivolidades y tonterías sexuales y luchar de verdad por los derechos de los más oprimidos, por los derechos también de la mujer, de los niños, de los ancianos y de los colectivos LGTBI.
Votar por el cambio de forma útil es votar a Núñez Feijoo, que no le quepa duda a nadie. Además, no hay otra opción con posibilidades tan claras de gobernar. Hagamos entre todos que gobierne y se puedan desterrar para siempre las políticas mas ominosas del repelente sanchismo.