No sé si es por haber vivido profesional e intensamente los denominados «años de plomo» en el País Vasco, pero me repugna tanto la injusta y aberrante expulsión del PSOE de Nicolás Redondo Terreros…
Me repugna que a un buen socialista vasco, que tuvo siempre la pistola de ETA en la nuca, le expulse del partido Pedro Sánchez quien, al mismo tiempo, abraza como socio al que manejaba la pistola (hoy, Bildu) o a un delincuente prófugo de la justicia como Carles Puigdemont con el exclusivo ánimo de ser investido Presidente del Gobierno.
¿El Gobierno de España en manos del prófugo, huido de la justicia española, Carles Puigdemont? ¿Pero cómo es posible que todo un auténtico partido socialista, al que en otro tiempo admiré, ceda sin debate interno al chantaje descarado de un criminal perseguido por la justicia democrática española con tal de que el jefe, Pedro Sánchez, permanezca en la Presidencia del Gobierno español?
Ayer mismo, el Presidente en funciones, Pedro Sánchez, declaró textualmente y con todo el descaro del mundo que, «la justicia no debió haber intervenido nunca en esa cuestión política», como fue el intento de sedición. ¿Qué ocurre, que para Sánchez los políticos deben gozar de inmunidad ante la ley? ¿En democracia no debe intervenir la justicia ante la comisión de varios y tremendos delitos? ¿No debe ser la justica igual para todos? ¿Podemos admitir que unos políticos faciliten la amnistía a otros políticos, infringiendo la Constitución? ¿Pero de que va este tipo que tenemos como Presidente?. ¿Se cree él mismo estupideces como esta para justificar su maldad con tal de continuar en la Presidencia del Gobierno? ¿Trata una vez más de tomarnos a todos por gilipollas? Menudo dislate y menuda miseria intelectual.
¿Qué clase de partido socialista es ese donde Sánchez practica el cesarismo descarado y en el que no hay un ápice de democracia interna?¿Qué clase de partido socialista es ese que promociona la desigualdad más absoluta entre Comunidades Autónomas? ¿Dónde figura en el programa electoral del PSOE que se concedería la amnistía, entre otras cosas, al prófugo Puigdemont y sus secuaces? No figuraba en ningún lado de su programa electoral, es más, el actual inquilino de la Moncloa negó previamente a las elecciones y con reiteración que facilitaría la amnistía a Puigdemont. Con lo cual queda claro que Sánchez ha engañado nuevamente a sus electores ocultándoles una vez más sus verdaderas intenciones, un fraude electoral en toda regla.
Ya, ni corrientes alternativas ni debates internos en el PSOE. En mi opinión, cesarismo puro y duro de Sánchez y el que hable lo paga con su expulsión, su puesto y su sueldo. Purgas y más purgas. Y si no, que se lo pregunten a Nicolás Redondo, siempre leal con su partido, pero crítico con las actuaciones oscuras y antidemocráticas de Sánchez.
Ayer asistí a la presentación del nuevo libro de Alfonso Guerra, a quien respeto y admiro desde hace muchos años. Aquello se convirtió en un justo y razonado alegato contra Sánchez y en lo que considero una magnífica reflexión ética y política, tanto de Guerra como de Felipe González, sobre la tremenda insensatez de conceder la amnistía a Puigdemont y los suyos a cambio de sus votos para que ese tipo mentiroso sin ética ni principios, como es Pedro Sánchez, pueda ser investido Presidente del Gobierno.
Pero eso no basta. Más de trescientos socialistas celebraron juntos tal acto público, pero, insisto, creo que no basta. Los ciudadanos en su conjunto deberían movilizarse para evitar la tropelía que pretende Sánchez, para evitar la cesión al chantaje de Puigdemont, para evitar una amnistía con ese mismo nombre o cualquier otro. Una amnistía, ya pactada, que desestabiliza el Estado democrático de derecho al menoscabar la decisión en democracia de los jueces adoptada en su día con la máxima pulcritud y garantías para los procesados. Me parece que es más necesario que nunca movilizar a los ciudadanos para evitar también un referéndum de autodeterminación de Catalunya, quizás con otro nombre, incluido también en los pactos con Puigdemont.
Y yo me pregunto: ¿en el próximo acto previo de investidura de Feijóo, no hay cuatro valientes diputados socialistas o de otros partidos con criterio propio y libre albedrío que rompan la disciplina de voto y se lo otorguen a Feijóo o se abstengan en la investidura posterior de Sánchez para evitar el latrocinio de la cesión al chantaje de Puigdemont? ¿Pero qué nos está pasando?¿A qué viene tanta resignación ciudadana? Oh, país, que diría aquél…
Y recuérdese siempre la pura verdad, no lo que refiere en la actualidad la nueva izquierda, en mi opinión, un tanto ramplona y populista. El PSOE de Sánchez no ha ganado las elecciones, las ha perdido. Las recientes elecciones generales las ha ganado el PP. Item más: los españoles no han votado mayoritariamente a «partidos progresistas». PNV y JUNTS, son partidos muy de derechas, no progresistas y un tanto reaccionarios. La mayoría inmensa de los españoles ha votado mayoritariamente al PP y al PSOE. Ese es y ha sido el deseo cierto de la mayoría de los ciudadanos españoles. Todo lo demás son apaños post electorales y mentiras interesadas para justificar un posible gobierno legal, sí, pero de perdedores.
Sánchez, para mantener el apoyo de los separatistas, hizo desaparecer del Código Penal el delito de sedición, minoró el delito de malversación, ahora pretende conceder una extraña amnistía a los sediciosos independentistas y una consulta para su separación de España. No permitamos tamaño latrocinio atentatorio contra nuestra Constitución.
No permitamos que se destrocen los cimientos de nuestra magnífica transición a la democracia, los cimientos de la Constitución y de la separación necesaria de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial por la simple ambición de un tipo que, a pesar de haber perdido las elecciones, ansía por encima de todo permanecer en el poder llevando adelante pactos indecentes con los delincuentes supremacistas que pretenden separarse de España.

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