Pedro Sánchez ha hecho todo lo contrario a lo que afirmaba tres días antes de las elecciones generales, engañando a su electorado, por un puñado de votos de unos delincuentes que le otorgarán la investidura como Presidente del Gobierno. Eso sencillamente se llama corrupción política, porque es un pacto entre políticos que acuerdan una amnistía que beneficia única y exclusivamente a ellos mismos: impunidad para Puigdemont a cambio de investidura para Sánchez. Corrupción política, ya digo.
Por un puñado de votos concederá la amnistía a miles de delincuentes juzgados y condenados por dar un golpe de Estado en España y a su jefe, prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont.
Por un puñado de votos, siete en total, ha cedido ante el prófugo de la justicia, Carles Puigdemont, a su astuto y repugnante chantaje: «si me amnistías a mi y a toda mi gente concediéndonos once años de impunidad y si reconoces que la justicia española persiguió injustamente al independentismo, te doy los siete votos que te faltan para la investidura, siempre y cuando también me abras la puerta al referéndum de autodeterminación en Cataluña y concedas a esta comunidad autónoma la cesión de todos los tributos en lo que supone un mazazo al sistema común de financiación de las CC.AA. Por un puñado de votos…
Por un puñado de votos, Pedro Sánchez, miserable, ha emputecido la democracia española suplantando al poder judicial al que no ha respetado y en el que se ha inmiscuido con la máxima desfachatez.
Por un puñado de votos ha desautorizado al poder de los jueces y ha echado por tierra todo un proceso judicial que se efectuó contra los delincuentes dirigentes del «procés» con toda honradez, justicia, transparencia y las máximas garantías.
Por un puñado de votos, que con toda facilidad habría podido conseguir del PP, mediante un pacto de Estado favorable a todos los ciudadanos, ha cedido al chantaje del prófugo haciendo oídos sordos a los juristas que le decían que la amnistía es inconstitucional.
Por u puñado de votos ha dejado en manos del delincuente, prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont, la gobernabilidad de España en la próxima legislatura.
Por un puñado de votos, ha destrozado la democracia española y su imagen aglutinando los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, inmiscuyéndose en la labor de los jueces, pervirtiendo la democracia.
Por un puñado de votos ha traicionado a su electorado, a todos los ciudadanos a quienes una vez más ha engañado presentándose a las últimas elecciones con el mensaje de que jamás concedería amnistía a los del «procés» , «porque eso -afirmó entonces- es inconstitucional y no la merecen». Cuando un hombre traiciona su palabra, se convierte en un traidor que no vale nada.
Por un puñado de votos Sánchez ha rendido al Estado a Puigdemont. El Presidente del Gobierno en funciones ha aceptado, por un puñado de votos, que el referéndum de autodeterminación de Cataluña se discuta en una mesa de negociación fuera de España.
Y todo eso, miserable, mentiroso y amoral, Pedro Sánchez lo ha hecho por un puñado de votos, sólo siete votos, que le permitirán continuar al frente del Gobierno de España, un Gobierno que nacerá disminuido, sin credibilidad alguna y sometido a las decisiones del prófugo Puigdemont.
Por un puñado de votos ha sembrado la división entre los ciudadanos españoles polarizando aún más la vida política en la que el odio hace su nefasta presencia.
Por un puñado de votos desprecia y desoye a sus mayores, como Felipe González o Guerra, que le aconsejan desde hace tiempo que no vaya por ese camino.
Afirmar con rotundidad como hacen Sánchez y el PSOE y también los de SUMAR que no se desea en ningun caso gobernar con los apoyos de la derecha y hacerlo con un partido como Junts que es más de derechas y reaccionario que el PP resulta una incoherencia insufrible.
Que nadie se sorprenda ahora de la reacción ciudadana en la calle y en el Parlamento de rechazo a la amnistía a los delincuentes, de rechazo a la cesión al chantaje de Puigdemont. De rechazo a un presidente del Gobierno miserable y traidor que ha defraudado a gran parte de sus electores y a la mayor parte de la ciudadanía.
En mi opinión, las indecentes cesiones a los independentistas catalanes y vascos por parte de Pedro Sánchez han destrozado definitivamente el principio de igualdad de todos los ciudadanos por el que se debe regir la política española. Creo que eso no es progresismo, sino involución retrógrada y perniciosa para los españoles en su conjunto.
Y todo por un puñado de votos que con toda facilidad y consenso podría haber conseguido del PP mediante un pacto de Estado favorable a todos los españoles, no sólo a los independentistas, Puigdemont y Pedro Sánchez…
(Rafael Navas)
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