LA NOTICIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 

 

APARECE UN MANUSCRITO DE LA PINTORA, FRIDA CAHLO, EN LA QUE HABLA DEL ASESINATO DE SU AMIGO, TROTSKY

 

 

Investigadores especializados en la obra pictórica de la célebre artista mexicana, Frida Kahlo, han hallado ayer en la Casa Azul donde vivió (Coyoacán-México), un extenso manuscrito en el que se dirige a una de sus amantes, la joven alemana, estudiante de arte,  Liv Dietrich, y en el que expresa las ideas e inquietudes que motivaron sus originales obras pictóricas.

La carta, escrita a mano  y sin fecha,  en la que Frida  revela un amor por Liv Dietrich, libre de prejuicios, supone también la expresión del infortunio y el dolor sufrido en su vida y de la voluntad de superarlo a través de la pintura.

La misiva de Cahlo a su amante habla también del asesinato de Trotsky, exiliado en México y residente durante un tiempo en el domicilio de la artista y de su esposo, el muralista, Diego Rivera.

El manuscrito ha aparecido en los sótanos de la Casa Azul –actualmente, Museo dedicado a la vida y la obra de Frida Kahlo-  durante una investigación documental llevada a cabo por los especialistas en los cuadros y la biografía de la célebre pintora.

 

 

LA CARTA HALLADA DE FRIDA KALHO

 

“Mi querida y deseada Liv:

 

No sé aún si te enviaré esta carta, porque todavía mi corazón  sangra de amor desde nuestra triste despedida.

 

Te escribo desde mi casa Azul, aquí en Coyoacán, con cierta pena y desazón. No te reprocho nada y entiendo muy bien tus lágrimas contenidas, tu actitud que nace de un amor imposible para ti, pero  apasionado y verdadero. Fue “chido”.

Yo estaba dolorosamente separada de Diego, el amor de mi vida, y sabes bien como pienso: todos somos seres humanos, libres e iguales y el sexo, la religión o la raza de cada cual no debe ser jamás impedimento para que fructifique el amor. ¿Qué hay de malo o de intolerable en que el amor aflore entre hombres o entre mujeres si es verdadero amor, amor de verdad  entre seres humanos?

 

En tu ausencia, he pintado un cuadro, que me encantaría regalarte. Se trata de un nuevo autorretrato. Sé que te gustaría observarlo, observarme, aún con las espinas del dolor en mi cuello, con los animales que me entusiasman, el mono, el gato y el colibrí, sin mis habituales vestidos indígenas de mi querido  México lindo, con una simple túnica blanca y mi rostro ambiguo. Mi rostro… como el de un hombre, cejijunto y con incipiente bigote, como el hombre que quizás desearías haber visto en mí. He empleado líneas ondulantes y curvas, como las que te gustan. Y tus colores favoritos, el verde, en diferentes tonalidades; violeta, negro y amarillo con tonos pálidos de misterio en el rostro…Creo que transmito en la mirada nuestros sentimientos compartidos…Es la mirada de un ángel con su collar de espinas. ¿Tienen acaso sexo definido los ángeles? Tú eres también un ángel, ¡mi ángel.

 

Ya lo sé, lo sé muy bien, un escándalo para ti y aquí, en México, donde los hombres mandan y mantienen a las mujeres prácticamente esclavizadas por esa indecente cultura y costumbres machistas que anulan a la mujer…¿Cuántas pintoras, maravillosas artistas plásticas, son conocidas y famosas en la historia del arte? A pesar de mi dedicación, de la dedicación de tantas artistas,  pintamos poco en la historia…

 

Dicen que pinto  bien, que mis cuadros son originales,  alagan mis pinturas, intentan interpretarlas y muchos se equivocan cuando las califican de surrealistas. No es así: yo no pinto mis sueños, me pinto a mí misma y mi dolor de forma muy expresiva, porque soy a quien mejor conozco. Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo en soledad  y nunca he pintado mis sueños, sino mi propia realidad. También pinto flores para que así no mueran”.

 

Expongo mis cuadros, aquí, en México, en París y Nueva York, me hablan y me escriben a menudo grandes artistas del pensamiento y la pintura como mi amigo, André Bretón, o Manuel Duchamp, Pablo Picasso, Vasili Kandinski y tantos otros… La relación con ellos me alivia, pero mi vida es y ha sido un dolor extinguible sólo a ratos.

 

“Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados” y, aunque  te sorprenda, “yo soy de las estrelladísimas”.

Aún me encuentro hoy muy afectada por el hecho de que los chingones de la policía me hayan detenido, acusándome por segunda vez, de forma falsa, estúpida e inhumana, de los atentados contra mi querido León Trotsky. Lo amé mucho mientras permaneció exiliado en mi propia casa y ello provocó la enemistad de mi marido, con él y también conmigo.  En el segundo atentado, por fin, se descubrió que quien lo mató a sangre fría fue el estalinista catalán, Ramón Mercader, con quien tuve también algún encuentro… Ramón utilizaba el nombre falso de Jacson y entrevistó a León en algunas ocasiones. El asesinato fue horrible, le clavó una piqueta en la cabeza. La muerte de León ha supuesto  una enorme pérdida para mí…Esa tragedia me rompió el alma convirtiéndome en la amada y amante del asesino y el asesinado…

 

Conoces sí algún hecho terrible de mi vida, como el sufrimiento que me causó la poliomelitis, esa extraña patología que, con seis años de edad, me dejó la pierna izquierda más delgada y corta que la derecha. Me acariciaste la pierna enferma sobre tu regazo con tanta dulzura, mientras yo te detallaba mi dolencia. ¿Recuerdas? ¿Recuerdas nuestras risas cuando las puntas de tu cabello dorado me hacían cosquillas sobre mi malograda rodilla? Tus ojos azules, alegres, brillaban como la luz del mar. No puedo continuar con la insoportable presencia de tu ausencia…

 

Entonces, no quise explicarte mucho más, porque te echaste a llorar. Te sentía muy cerca y muy afectada. Sin embargo, ahora sí, te hablo de mi horrible vida, para que me entiendas mejor y entiendas también mi pintura.

 

Años después de aquella enfermedad devastadora, vino el accidente en el que, de camino al colegio, un tranvía se estrelló contra el autobús en el que viajaba.  Me rompí varios huesos,  la espalda por tres sitios y “un pasamos de hierro me atravesó  la cadera hasta salir por la vagina, Así perdí mi virginidad…” El accidente fue espantoso, no peor que los tratamientos y la durísima recuperación, tantos meses y años en cama…. Tuve que asistir incluso en camilla a inaugurar alguna de mis exposiciones. A pesar de ello, me dijeron que estuve radiante…

 

No puede ser más dolorosa una vida en la que además pierdes tres hijos, tres abortos y sufres 32 operaciones quirúrgicas, “ y no te ocurren otra  serie de cosas que hubieran podido llenarla con normalidad”. Y ahora, me encuentro con el sufrimiento por la ruptura con mi “chiplotudo”, Diego, a quien conoces por su creación artística, sus murales, tan maravillosos…. Qué gran verdad es eso de  lo que no te mata te hace más fuerte. Me ayudo con opiáceos, aunque continúo encontrándome muy frágil  y en soledad, atrincherada en mis pequeños cuadros.

 

Hoy, vivo “aguitada”, inmersa en mi pintura, que lo ha sustituido todo, ese bello oficio que me enseñó mi padre muy de niña. Qué felices éramos cuando me llevaba de la mano para hacer los ejercicios de rehabilitación o al taller de las artes… Él era fotógrafo, pero amaba  la pintura y me amaba a mí, por encima de todo, más que a nadie. …

 

Y ahora, algo alegre, no quiero trasladarte mi tristeza vital: de niña, en México, yo jugaba al fútbol y practicaba el boxeo Me criticaban por ello, decían que eso era de chicos y yo me reía ante tamaña ignorancia. ¿Te conté que mi gran cariño, mi ángel, fue en esa época mi hermana, Cristina? Uf, Cristina, “pendeja”, que tuvo un lío con mi Diego…Cuánto he sufrido por ello.

 

En el colegio teníamos una pandilla, Los “Cachuchas” – nos llamábamos así por nuestras gorras-, todos marxistas, contestatarios, pero siempre activos, convencidos y divertidos. Nos tildaban de comunistas, pero luchábamos, rebeldes, incansables, quejándonos de las injusticias y revolucionando a a la gente contra la reforma escolar… (Es la pura “neta”, pero me voy por las ramas como pajarillo enamorado de su amada, con el afán de hacerte sonreír).

 

Mi querida LIV, me cuesta reconocerlo, pero, tras nuestra amarga ruptura, “quise ahogar mis penas en licor pero esas condenadas penas aprendieron a nadar” Siento nostalgia de esos días preciosos que pasamos juntas. Fueron muy intensos y muy lindos.

 

No te entristezcas por lo que te cuento ahora con lágrimas de sangre. Me sirve de desahogo. Te echo mucho de menos y te quiero y no por ello he podido evitar escribir también a Diego, a mi gran pintor, Diego Rivera, por quien siento que, “desde nuestro lugar de origen, hemos estado juntos, que somos de la misma materia, de las misma onda, que llevamos dentro el mismo sentido…”

Le he escrito  también que “si yo pudiera otorgarle alguna cosa en la vida, me gustaría darle la capacidad de que se viera a él mismo a través de mis ojos. Solo entonces se daría cuenta de lo especial que es para mí. Lo amo más que a mi propia piel”.

 

Y tú, ahora, en mi soledad, mi nuevo y acabado  amor, marchito de forma prematura, “¿crees que se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida.

 

No sé si te enviaré esta larga y sentida carta algún día. A mí me ha liberado, escribirte, ha roto mi soledad. He sufrido mucho, tanto, que siempre he deseado gozar con todas mis fuerzas cuando la salud me lo ha permitido. A veces, cuando no me afligía el dolor,  me decía a mí misma: “¿pies, para que os quiero, si tengo alas para volar?” Y ahora escribo  y pinto, lo hago sin cesar, porque da sentido a mi vida, a mi cuerpo debilitado, que aquellos días fuiste capaz de amar con tanta ternura, rompiendo prejuicios y renunciando durante preciosos instantes a las falsas ideas y tópicos que, tal vez,  te imbuyeron desde niña.

 

“Espero alegre la salida y espero no volver jamás”. Te quiero. Te llevaré siempre en mi corazón. Y, a pesar de mi sufrimiento por tanta pérdida y por tanto dolor, me gustaría gritar contigo, juntas, una vez más, ”¡viva la vida!”

 

 

Frida Kahlo

 

 

 

 

NOTA ACLARATORIA DEL AUTOR DEL PRESENTE TEXTO:

 

Este relato, inspirado en la vida de Frida Kahlo, es  ficción, especialmente en lo relativo a la existencia de tal carta y de su destinataria, Liv Dietrich, aunque en él se han empleado la narración de circunstancias históricas, frases textuales  (entre comillas)  y pensamientos de la artista mejicana,  cuya obra –unos 300 cuadros, la mayoría autorretratos- es extraordinariamente apreciada por sus contemporáneos, tanto en el mundo de la pintura como en el de la literatura y la música actual. Relevantes personalidades  de la pintura y el arte en general han reconocido y exaltado las pinturas de Frida Kahlo, como la cantante Madonna, ferviente admiradora y coleccionista de algunas de sus obras.

 

SIGNIFICADO DE TÉRMINOS MEXICANOS EMPLEADOS EN LA CARTA:

Chido = lindo

Chingones = quienes se imponen por la violencia y admirados por ello

Neta = Verdad

Cachuchas = gorras

Chiplotudo = persona buena en lo que hace

Aguitada = triste

Pendeja = persona deshonrosa

 

 

Rafael Navas Castellón  (diciembre, 2019)

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