¿POR QUÉ NO HAY MEDIDAS DRÁSTICAS PARA EVITAR LAS MUERTES DE MAYORES EN LAS RESIDENCIAS?
Los ejecutivos del PSOE de Sánchez repiten la consigna sin cesar, pero no por mucho repetirla van a tener razón. Esa consigna, repetida hoy también por José Luis Rodríguez Zapatero en TVE, insiste en que a cada generación le corresponde su Gobierno, dando a entender que las declaraciones críticas de Guerra o de Felipe González sobre los despropósitos de Sánchez no son de recibo y que dirigentes como ellos ya están más que amortizados.
El estúpido argumento sanchista, diseñado por el propagandista, Iván Redondo desde la Moncloa, viene a afirmar que a partir de determinada edad o generación anterior, más vales callarse -si no es para albar al Gobierno- en lo que supone una discriminación por la edad absolutamente intolerable, miserable, y menos tolerable aún si procediera de un socialista de verdad.
¿Qué ocurre, es que no observan y aprecian a personalidades como Joe Biden, recién elegido Presidente de EE.UU o a la europeísta Angela Merkel, en Alemania, entre otros tantos dirigentes mundiales de edad avanzada?.¿Es que acaso ellos no representan también a las nuevas generaciones que los han votado? Dirigentes de mayor edad, experiencia y conocimiento es seguro que no cometerían los graves errores de Sánchez-Iglesias y su banda.
Lo relevante en la vida, como en la política, no es la edad, sino los conocimientos, la preparación y las experiencias.
Discriminar a los mayores por su edad y tratar incluso de que se callen -como es el caso- es de una ignorancia supina y de una vileza abominables. Esta es otra de las mierdas miserables y repugnantes del actual PSOE de los «jóvenes», Sánchez e Iglesias, mucho más ignorantes de lo que se supone, pero deseosos de controlar y censurar la información e incluso hasta la opinión.
Desde esa filosofía y sentimiento negativos hacia los mayores de «los nuevos socialistas», que menosprecian la vejez y sus valiosas aportaciones, se podrían inferir cuestiones tan lamentables como cierta indiferencia hacia los miles de mayores muertos por la pandemia en las residencias sin que aún el Gobierno haya tomado medidas drásticas para evitarlas. Desinterés y desprecio. Si los muertos fueran jóvenes o niños en su mayoría viviendo en residencias, hoy en España se contaría, sin duda, con una serie de medidas y un sistema eficaz para impedir un número tan brutal de fallecimientos. Pero el Ministro de la cosa de los mayores, Pablo iglesias, está en todo tipo de cuestiones políticas de su interés menos en lo relevante y urgente que le atañe y por lo que se le paga: salvar las vidas de los mayores en las residencias.