Creo que un rey en democracia tiene que ser ejemplar siempre y la monarquía del Rey Don Juan Carlos no ha resultado siempre ejemplar.

Es evidente y necesario reconocer que Don Juan Carlos prestó grandes servicios a España, pero su vida privada, indefectiblemente ligada a lo público, no resultó ejemplar en absoluto.

En mi opinión, tampoco supone ninguna ejemplaridad, sino más bien todo lo contrario, haberse instalado ahora en Arabia Saudí, país en el que no se respeta ningún derecho democrático, ofreciendo la lamentable pero real imagen de que las monarquías se entienden por arriba divinamente al margen de los regímenes políticos que representan, sean democráticos o dictatoriales.

Así que Hacienda diga ya lo que el Rey emérito debe, que lo pague en primer lugar con la debida multa y después ya se verá toda esa anacrónica prebenda de la inviolabilidad. Ese es mi deseo.

Creo que el daño del padre al hijo y a la institución monárquica que representa en la actualidad ya está hecho y supone un consistente argumento más en contra de la monarquía como sistema de representación institucional de todo un pueblo.

Los reyes no son elegidos, viven muy bien ellos y sus familias a costa de los impuestos de los ciudadanos y, en algunos casos, como el que se comenta, se permiten la indecencia de faltar a la ejemplaridad a la que están obligados no declarando a Hacienda sus ingresos. Me parece lamentable.

Pin It on Pinterest