Así cuenta Víctor Olmos en su libro sobre la «Historia de la Agencia EFE», (Edit. Espasa), cómo viví como redactor de la Agencia el golpe de Estado del 23-F.
Menuda noche, no se me olvidará en la vida. Más de 70 noticias para todo el mundo.
Dos de las muchas anécdotas que viví durante aquella tarde-noche:
Llamé atemorizado a mi mujer para que se deshiciese de todos los libros que había en casa de la Editorial Ruedo ibérico, por si triunfaba el golpe. Demasiado izquierdistas esos libros prohibidos, «rojos», para cualquier militar de entonces y más para los golpistas.
Y la segunda: hubo un momento en que el periodista deportivo, José María García y yo tirábamos, a las tres de la madrugada cada uno de un brazo, del General Aramburu Topete para que nos concediese unas declaraciones en exclusiva sobre el momento del Golpe.
¡Me vais a descoyuntar!, gritaba cabreado el general, preso de nuestras ansias informativas. Finalmente, me llevé yo para EFE, no su brazo, sino sus primeras declaraciones… Después, pasó a la unidad móvil de García.
Lo mejor y más emotivo: cuando un periodista leyó de madrugada el editorial de «El País» en defensa de la Constitución ante más de cien colegas que andábamos exhaustos y tirados por las escaleras del Palace… Algunos lloramos de emoción.