Lo digo ahora por primera vez, pero es seguro que no me cansaré de repetirlo: ojo con las ayudas europeas para la reconstrucción de España. En nuestro país, por desgracia, ha habido y hay corrupción a todos los niveles, política y empresarial, sin distinción de color Y la adjudicación y destino de esos fondos públicos europeos hay que controlarlos con prudencia y eficacia.
Es tal la cantidad de dinero líquido y el cúmulo de ofertas y relaciones con distintos miembros de la administración desde el mundo de las grandes y pequeñas empresas y de los autónomos, que resultará muy fácil y muy tentadora la corrupción de quienes deben adjudicar las ayudas a según qué proyectos. Y proyectos habrá muchos, incluso fraudulentos.
En la actualidad se está tejiendo un cúmulo de relaciones de poder tan brutal desde el mundo empresarial y el de los políticos listillos y aprovechados con diferentes miembros de la administración del Estado, del Gobierno y de los partidos políticos que apoyan al ejecutivo que, resultará muy difícil la inexistencia de casos en el futuro inmediato de adjudicaciones fraudulentas y de corrupción nacidas de intereses espurios.
En España el Gobierno de Pedro Sánchez -desde sus dos facciones, la socialista y la de Podemos- pretende asumir en exclusiva la adjudicación y el control del dinero procedente de las importantes ayudas europeas, cosa que no ocurre en casi ningún país de Europa.
De momento, todas esas reuniones secretas y previas entre políticos y administraciones se celebran de forma individual, sin control alguno, en la máxima confidencialidad, a todos los niveles y en ellas se presentan de manera privada los proyectos dirigidos específicamente a captar los fondos públicos de la UE, con la intención de que los funcionarios y políticos «encaminen debidamente» tales proyectos. Sé muy bien de lo que hablo.
Por todo ello, desde la Administración, no se debiera adjudicar una sola obra o proyecto sin todos los controles posibles -parlamentarios, incluso- del destino exacto de los fondos europeos, se trate de contratos mayores o menores. También deberán establecerse férreos controles con todas las garantías mediante auditorías para que se cumplan efectivamente los fines para los que se ha adjudicado el dinero sin abusos ni perturbaciones presupuestarias.
La oposición exige al Gobierno de Sánchez la creación de una Agencia oficial en la que se nombren también a expertos y personas independientes y de prestigio para controlar técnicamente la adjudicación y ejecución de los distintos proyectos que se van a financiar con los fondos de la UE. Pero el Gobierno de Sánchez continúa haciendo oídos sordos a tal propuesta de transparencia y control de los fondos de la UE.
En un primer momento el Presidente, Pedro Sánchez, pretendió dejar fuera de las adjudicaciones, incluso, a sus propios miembros de Podemos, pero finalmente estos se rebelaron y participarán en pie de igualdad en la adjudicación y control de los fondos. Aunque resulte increíble, hoy, Sánchez mantiene el control pleno de esos fondos europeos y sin ningún contrapeso.
La transparencia en las adjudicaciones y los controles exhaustivos, no sólo de la UE, deben redoblarse para evitar el posible clientelismo del Gobierno y la corrupción a todos los niveles.
140.000 millones de euros en seis años son muchos millones como para que no se establezca esa comisión o Agencia independiente y necesaria y el control parlamentario correspondiente para que no se escapen algunos cientos o miles por las alcantarillas de la corrupción política, que la hay.