¿Y qué culpa tenías tú, tierno pescaíto?
víctima del odio y la locura,
del egoísmo y la maldad oscura.
Ocho añitos, Gabriel, de vida ahítos…
Pescaíto, ángel al cielo con dulces alas,
nos dejas un dolor desgarrado
y la rabia de perder lo más amado,
víctima de una asesina de ambiciones malas.
¿Y qué culpa tenías tú, pescaíto?
en manos de alguien sin alma, indecente.
En nuestro recuerdo, tu carita sonriente,
del barro al cielo, con alas de arcángel, precioso pescaíto…