En el PSOE y especialmente en el Gobierno se han puesto muy nerviosos con la imputación judicial de la esposa del Presidente. Pedro Sánchez por tráfico de influencias y corrupción.
Ya hay algo más que indicios.
Yo no se si finalmente Begoña Gómez será condenada y entrará en prisión. No sé si el juez desestimará finalmente el caso declarándola inocente o la condenará como culpable de esos graves delitos de corrupción y tráfico de influencias.
Lo que sí sé es que las actuaciones de Begoña Gómez ni son éticas ni dignas de la esposa de un Presidente de gobierno. Y tampoco resulta ético ni adecuado que el presidente, Sánchez hasta ahora no haya ofrecido explicación alguna sobre los hechos presuntamente delictivos que afectan a su mujer.
Y también sé que una imputación judicial no es una condena, pero un archivo de la causa o una absolución tampoco son un certificado de ética y honestidad.
Al margen del proceso judicial, lo que es seguro y resulta un hecho objetivo es que lo que venía haciendo Begoña Gómez (recomendar empresas donde trabaja para que recibieran subvenciones del Gobierno) ni es honesto ni es ético. Claro que lo que ha hecho su esposo, amnistiando a delincuentes a cambio de sus votos, tampoco lo es.