Anda Albert Rivera, el ex-dirigente de Ciudadanos, impartiendo cursos de liderazgo y comunicación, lo que resulta chocante y ridículo. ¿Pero qué se ha creído este tipo fracasado en política por sus propios errores catastróficos? Rivera resulta tan petulante y narcisista como Sánchez o más. Con una diferencia, Rivera se vio obligado a dimitir por sus propios desatinos que le llevaron a un gran fracaso electoral, aunque, por lo que se ve, aún no los ha asumido. De no haber dimitido, le habrían echado a patadas del propio partido que pasó de 57 a 10 escaños por su nefasta gestión. Engañó a millones de votantes de centro -con su giro a la derecha- que luego le dieron, claro, la espalda, a pesar de que se lo avisaron por activa y por pasiva.
Destrozó a su partido desoyendo a sus miembros más inteligentes que tuvieron que abandonar, fue incapaz de negociar con Sánchez -por el bien de España- a quien le estableció un «cordón sanitario» en lugar de ofrecer un pacto de coalición bueno para España que habría impedido el actual Gobierno Frankenstein. Se pensó ingenua y erróneamente que tras las penúltimas elecciones -en las que se presentó como partido de centro- se había convertido en el líder de la derecha y se equivocó de largo.
¿Y aún este fracasado, que arruinó a su partido en los siguientes comicios y también las ilusiones de tantos millones de votantes de centro, se atreve a hacer cursitos cursis de liderazgo y comunicación sin haber entonado el más mínimo mea culpa de su pésima y catastrófica gestión? ¿Pero será posible que aún se crea un líder?
Impidió que España contase con un Gobierno estable, se comportó de manera nefasta con el Estado que decía defender, defraudó a quienes como yo creían en él, y ahora le pega patadas en las espinillas a su sucesora (esa sí que es una líder carismática), Inés Arrimadas.
Menuda majadería del enchufado este que, tras su estruendoso fracaso electoral, pasó de la política, como tantos otros, a presidir una sociedad de abogados que ahora trabaja para el PP. Eso también son puertas giratorias…Y corrupción. Lo otro, lo de los cursos de liderazgo y comunicación para burguesitas con ansias de títulos, una coña de quien, obtuso, aún se lo tiene muy creído, sin motivo alguno. Más bien, con seguridad, motivos, para todo lo contrario.
Un falso líder, de pacotilla, narciso, que porque hizo algo políticamente bueno en Catalunya, aunque efímero e inútil y recibió algún cursito de oratoria, se cree aún líder y capacitado para enseñar no se sabe qué liderazgo…Con carrerita pagada por papá y dudosos títulos, pero equivocado, engreído e Inútil salvo para sí mismo, aún pretende influir, lastimando miserablemente la labor casi imposible y titánica de la persona más valiosa de ese partido, Inés Arrimadas, quien, por su notable valía y claros valores políticos, debió presidirlo siempre.