Las declaraciones de Miguel Bosé son consecuencia de su propia mala vida. Escapan, al igual que su forma de hablar, a cualquier raciocinio. Ni un solo argumento razonable y mucha tontería. Esas declaraciones, en fondo y forma, son una locura. Locura que arrstra por el consumo de drogas y que él mismo hoy alimenta de forma teatral. Qué pena en lo que ha degenerad un gran artistazo como Bosé. Cocaína y paranoia van de la mano. Y no creo que los medios deban prestar tan especial atención quienes sufren enfermedades mentales, a los drogadictos drogados, a los alcohólicos borrachos, etc, etc. Porque, de ser así, en coherencia, deberían prestar idéntica atención especial a los que matan, a los que odian, a los que infringen todas las leyes o atentan contra los derechos humanos… En fin, a todos los locos.
Por desgracia, algunos medios ya lo hacen…

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