A tantos españoles nos gustaría sentirnos orgullosos de nuestro Gobierno… Tan orgullosos, al menos, como se sienten los ciudadanos de Alemania, Suecia, Noruega, Dinamarca, Portugal, Grecia, Islandia, Nueva Zelanda, Finlandia, o Taiwán, por citar algunos ejemplos de Gobiernos que lo hacen muy bien en su lucha contra la pandemia del coronavirus.
No aprovechan la pandemia para la propaganda ni el autobombo, sencillamente gestionan con eficacia.
Resulta curioso observar como Gobiernos, presididos en su mayoría por mujeres, lo están haciendo infinitamente mejor que los presididos por hombres, a quienes les sobran testosterona y les falta sensibilidad y capacidad de gestión.
También esos países presididos por mujeres se encuentran mucho mejor preparados gracias a la gestión de sus gobernantes para afrontar la crisis económica post-coronavirus.
Si en España, los cinco primeros partidos estuvieran dirigidos por mujeres no habríamos asistido al nefasto bloqueo de Gobierno e institucional que padecemos durante cinco años.
Hoy, lamentamos el bochorno de que España cuente con un numeroso Gobierno de ineptos presidido por un auténtico inútil para la gestión al que habrá que exigir, tras la pandemia, todo tipo de responsabilidades. Demasiados muertos para que su nefasta gestión quede impune.
De la incapacidad de este Gobierno, que ha reunido todos los poderes en un decreto de estado de alerta, da prueba fehaciente que España sea el país con mayor número de muertos por millón de habitantes del mundo, con mayor número de sanitarios infectados (40.000), porque el Gobierno no les ha suministrado el material de protección necesario. Y España resulta también de los países con mayor tiempo de confinamiento obligado de sus ciudadanos. Un desastre de gestión sanitaria que tiene y tendrá también sus nefastas consecuencias económicas y sobre el empleo…