Que el populismo de Trump en relación con la prensa y los periodistas se parece como gota de agua a la gota del populismo de Pablo iglesias no nos cabe la menor duda a ningún profesional de la información.
Podemos y su líder, Pablo iglesias, no soportan, al igual que Donald Trump, las críticas de la prensa libre en un estado democrático y de derecho en el que la libertad de expresión y de prensa están afortunadamente consagradas en la Constitución. Y por esa razón, la formación morada ataca con falsedades, insultos e insidias a los periodistas críticos con sus líderes.
La Asociación de la Prensa de Madrid -APM-, ha publicado un comunicado en el que denuncia los ataques de Podemos contra los periodistas y, especialmente, los de su página web, plagada de mentiras e infamias contra algunos profesionales de la información.
Además de difamar a los periodistas, Podemos los señala de forma similar a como lo hacían los nazis con los judíos bajo el régimen de Adolfo Hitler.
El acoso sistemático de Podemos a los periodistas se cierne de forma preferente sobre los profesionales de muy distintos medios como José María Olmo, Francisco Marhuenda, Ana Rosa Quintana, Vicente Vallés, Antonio Ferreras, o Susana Griso, entre otros.
Pablo Iglesias, Vicepresidente del Gobierno y su esposa, Irene Montero, nombrada también Ministra en el mismo Gobierno (nepotismo), no soportan las críticas de los periodistas ni que la prensa rebele el descalabro en la intención de voto que refleja en la actualidad la formación morada.
El hecho de que la pareja, magníficamente bien posicionada en el Gobierno de la nación, haya renunciado a su estatus anterior de clase obrera para convertirse en casta, propietaria de un hermoso chalet (custodiado por la Guardia Civil), varios apartamentos, tierras y coches de lujo, además de sus ostentosos puestos en el Gobierno, viene motivando las críticas de la prensa que pone en evidencia sus contradicciones y el engaño al que han sometido a sus bases del partido y a los electores.
Los periodistas han sido también muy críticos con los indicios de corrupción de Podemos, la extraña financiación de su partido, y la utilización de fondos opacos, motivo actual de distintas investigaciones judiciales.
Los dirigentes de Podemos, convertidos hoy en la casta que criticaban, no cejan en su lucha contra la prensa que pone de manifiesto la traición de estos dirigentes de Podemos a sus bases y a sus electores. Electores que, con el paso del tiempo, se han percatado de que los actuales dirigentes del partido han actuado como la vieja «nomenklatura» de la Unión Soviética, buscando su propio estatus y su enriquecimiento personal por encima de las necesidades e intereses de la clase obrera a la que decían representar.
Los periodistas en general vienen siendo muy críticos también con la forma dictatorial en la que Pablo iglesias dirige su partido, realizando purgas de todo aquel que piensa de forma distinta. El caso de Iñigo Errejón resulta paradigmático de tales y muy numerosas purgas que se han realizado a lo largo de la corta historia del partido. Iglesias ha sido también muy criticado por haber mantenido relaciones con varias afiliadas del partido a las que ha beneficiado en todos los casos con distintos cargos.
La Asociación de la Prensa madrileña, la más importante de todas las asociaciones de periodistas, dirigida por Juan Caño, hace un llamamiento a Podemos y al Gobierno de Pedro Sánchez del que forma parte para que cesen los ataques personales y los señalamientos a los periodistas que cumplen con su función informativa con honradez, rigor y responsabilidad en libertad y democracia.