us socios de Podemos en contra
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha rendido el Sahara ante Rabat sin encomendarse a nadie y sin informar previamente a la oposición con el fin de retomar las relaciones con ese país marroquí y evitar que continúe invadiendo España con sus emigrantes.
En una carta enviada al Rey de Marruecos, señala que su propuesta de autonomía para el Sahara es «la más seria, realista y creíble» para la resolución del contencioso abierto desde 1975.
Los Gobiernos españoles desde 1975 han mantenido una postura absolutamente contraria y concorde con el Frente Polisario y la ONU a favor de la autodeterminación del Sahara y contra el deseo de Marruecos de anexionarse ese territorio aún dotándolo de autonomía. Para el Polisario, «Sánchez ha sucumbido al chantaje de Marruecos».
El presente revisionismo de Sánchez responde únicamente a la necesidad de solucionar de una vez las malas relaciones existentes con Marruecos, especialmente, cuando el Rey Emérito ya no trabaja esas relaciones personales -magníficas entonces- en favor de España.
Ahora, Sánchez cambia radicalmente de postura, aliándose con las autoridades marroquíes, en un gesto similar al que protagonizó en su día EE.UU., y que puede provocar una tensión innecesaria e insoportable con Argelia -enemigo de Marruecos- justo cuando dependemos mas que nunca de su suministro de gas.
Por otro lado, los socios de Sánchez en el Gobierno, es decir, los populistas de ultraizquierda de Podemos, se manifiestan absolutamente contrarios a las tesis que esgrime ahora el Presidente del Gobierno coincidentes con las de Marruecos.
Lo de la unidad de este Gobierno en España es como de cachondeo. La más que evidente división en el seno del Gobierno ofrece una pésima imagen en el exterior donde el variopinto y multitudinario Ejecutivo español no ofrece ninguna seguridad y confianza.