El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una nueva jugada trilera de las suyas, convocando elecciones generales para el 23 de julio, busca evitar su propio desgaste y frenar la rebelión interna. También comprometer al PP con el miedo a VOX y concentrar el voto de la izquierda desde la idea de que el votante de centro y derecha en julio se encontrará de vacaciones y no acudirá a votar al PP ni a VOX.
Con tal estrategia de convocar elecciones, por primera vez, en una fecha vacacional, de nuevo, este Presidente endiosado y maltrecho ha faltado el respeto a la Constitución y al Consejo de Ministros al no haberlo reunido antes de visitar al Rey y disolver el Parlamento, tal y como ordena la Carta Magna.
Ha faltado al respeto también a las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos al no dejarles tiempo apenas para su constitución antes del 23 de julio. Y ha cometido una grave falta de respeto institucional a la UE cuya Presidencia corresponde a España desde ese mismo mes de julio en el que se celebrarán las elecciones generales por voluntad exclusiva del ínclito Sánchez, quien antepone su interés personal al de la Unión Europea.
Las elecciones suponen un gasto de 500 millones de euros para el erario público. Por ello, debieran haberse celebrado juntas las municipales y autonómicas con las generales como se le solicitó a Sánchez desde distintos ámbitos. Pero a este manirroto que utiliza el dinero del Estado como si fuera suyo eso le da igual.
La sociedad española ha demostrado en las recientes elecciones autonómicas y locales que no quiere al mentiroso y sociópata Sánchez en la Moncloa. Pero este sinvergüenza, sin ética ni valores, se revuelve una vez más, cual vulgar trilero, para anteponer sus propios intereses de continuidad en la Moncloa a la voluntad expresada con claridad por los ciudadanos españoles. Ciudadanos españoles que, el próximo 23 de julio, deberán hacer un hueco especial en sus vacaciones o votar por correo para acudir a las urnas y refrendar su voto anterior para echar definitivamente al prepotente y narcisista Sánchez de la Presidencia del Gobierno.
Todos los votantes que deseen de verdad echar a Sánchez de la Moncloa por pernicioso para el país y sus ciudadanos, trapalón, mal gestor, irrespetuoso con la Constitución y las instituciones democráticas del Estado, populista y enredador, habrán de tener muy en cuenta que el voto a VOX resta posibilidades al PP para ganar con suficiente holgura las elecciones generales, premisa imprescindible, en esta ocasión, para el cambio de Gobierno.
Y Sánchez lo sabe. La división del voto a la derecha le beneficia enormemente a él y a su partido, por lo que los electores han de tener en cuenta este extremo a fin de posibilitar el triunfo claro del PP y la derecha en general en los próximos comicios generales.
Por su parte, el PP debe entender con claridad que no existe problema alguno en las alianzas de gobierno PP-VOX. Que elimine de una vez todos sus complejos. Que VOX es un partido constitucional y democrático y que la alianza de Gobierno va a resultar necesaria. Por su parte, VOX debe dejar de criticar a la derecha del PP con la que inexorablemente tiene que pactar, no solo en comunidades y Ayuntamientos, sino con seguridad también en el Gobierno de la nación. .
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