Te comería a versos
de los pies a la cabeza,
toda la belleza
en tus labios perversos.

Mis besos desde tus pies desnudos,
en los pliegues sinuosos
de flujos acuosos,
hasta tus verdes ojos.

Te comería a versos sin cordura,
abrazándonos fundidos,
sin límites e inmersos
en el frenesí y la locura.

Dentro de tí lo tengo todo:
el agua es también tierra
de dolor y placer
en la que revienta el lodo
para convertirse en semilla.

Estrújame fuerte
mientras te como a versos,
hasta el feliz momento
en el que más te siento:
vértigo de placer y muerte…

9/5/2016

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