En España el poder ejecutivo controla tambien al legislativo desde sus mayorías parlamentarias. Se legisla lo que el Gobiern quiere, incluso hurtando los debates de las leyes al Parlamento por la via del decreto-ley (más de cien decretos-ley ha firmado Pedro Sánchez en esta legislatura).
Así, el poder ejecutivo y el legislativo no son independientes, sino todo lo contrario. La verdad es que el segundo, en la práctica, depende con claridad del primero.
Por otra parte, la actual crisis institucional que afecta al Tribunal Constitucional y tambien al Consejo General del Poder judicial responde al afán de control del poder judicial a traves de estos órganos por parte de los partidos políticos. Tanto PP como PSOE , y no digamos el resto, pretenden incluir en esos órganos, que debieran ser independientes, a sus propios correligionarios del mundo judicial. Lo que manda la Constitución, no garantiza totalmente la separación del poder judicial y su independencia.
Y el gobierno no quiere hacer lo que ha sugerido la UE y que tiene un gran sentido: que a los jueces los nombren los jueces. Para ello habría que cambiar la Constitución y las correspondientes leyes. Pero, especialmente el Gobierno actual y sus socios, no están por esa labor.
Así que menos cacarear la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, esencia de cualquier democracia que se precie, y más arremangarse de verdad para no ambicionar desde el Gobierno y la oposición el control total de los poderes del estado democrático.
Los políticos de uno y otro bando dan pena por impresentables en su afán de poder y de control del poder judicial para impedir que finalmente se investiguen, juzguen y condenen sus vergüenzas, que, como se ve, son muchas.

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